Actualidad del Observatorio Español de la Economía Social

08/06/2006

Cajas Rurales y Cajas de Ahorro batallan por la reforma fiscal

El proyecto de Reforma Fiscal, que incluye la rebaja del Impuesto de Sociedades que pagan las empresas, ha puesto en pie de guerra a las entidades financieras. La patronal de las cajas de ahorros y la de las cajas rurales han desplegado una intensa actividad en la trastienda para influir sobre las fuerzas políticas y convencer a los diferentes partidos para que incluyan sus respectivas exigencias, enfrentadas entre sí.

Las cajas de ahorros piden que se reduzca la brecha tributaria que las separa de las cajas rurales, que disfrutan de gravámenes más favorables (25% frente al 35% de las cajas o los bancos, en términos generales). Las cooperativas quieren que se les reduzcan los impuestos con la reforma y que se mantenga su singularidad.

El proyecto de Ley prevé una rebaja del Impuesto de Sociedades del 35% al 30% en el plazo de cinco años -aunque los partidos han pactado para reducirlo a dos- y afecta a bancos y cajas, cuyos beneficios tributan con este tipo impositivo. En el proyecto original, que hoy se discutirá en la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso, no se prevé una reducción equivalente del gravamen para las cooperativas, mediante la cual pasarían del 25% al 20%.

Las cajas, según reconoció recientemente el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, consideran que la brecha tributaria entre cajas y cooperativas supone una ventaja competitiva para estas últimas entidades, que en muchos casos ya compiten en el mismo escenario que las cajas o los bancos. De hecho, algunas cooperativas, como Cajamar, con 700 oficinas, son mayores que muchas cajas de ahorros.

Según el responsable de la patronal de las cajas de ahorros, la ventaja fiscal de las cajas rurales tenía sentido cuando estas entidades se dedicaban exclusivamente a prestar dinero a sus socios. Sin embargo, ahora las cooperativas compiten con bancos y cajas para vender productos a todo tipo de clientes, por lo que, según la CECA, no es justo que tengan una fiscalidad más favorable que las otras entidades financieras. Al cierre del año pasado la cuota de mercado de las cooperativas en depósitos era del 6,2%, mientras que en créditos era del 5,4%.

Los bancos también meten baza

Los bancos pagan una base del 35% sobre los beneficios. Igual que las cajas, pero estas se pueden deducir la cuantía que destinan a la obra social. El mejor régimen es el de las rurales, explica Juan Manuel Moral Calvo, del bufete Cuatrecasas. Éstas pagan el 25% sobre los beneficios cooperativos, es decir los que obtienen por su negocio bancario tradicional con los socios. Por el resto pagan un 35%, pero se deducen algunas partidas, como la que destinan al Fondo de Promoción y Educación Cooperativa.

En la Asociación Española de Cajas Rurales están convencidos de que los partidos políticos son sensibles a sus peticiones, a pesar de contar con menos apoyos. En la asociación recuerdan la gran cantidad de políticos que hay sentados en los consejos de las cajas. Esta asociación asegura no entender por qué la CECA se ha empeñado en evitar la reducción de impuesto de las cooperativas. "De la misma manera que las cajas van a ganar con la reforma, pasando del 35% al 30%, las rurales deberían beneficiarse pasando del 25% al 20%" , dicen sus representantes.

En principio, Convergencia y Unió (CiU) tenía previsto introducir hoy en la Comisión de Economía una enmienda para contemplar esa rebaja del 25% al 20%. Sin embargo, no es seguro que salga adelante de forma inmediata.

La pelea que mantienen cajas y cooperativas al calor de la reforma tributaria enciende aún más la polémica que enfrenta a las entidades financieras en España por las hipotéticas ventajas que tienen unas u otras debido a la legislación. Los bancos han acusado a las cajas de que su estructura jurídica (sin accionistas) les impide ser compradas, a diferencia de un banco, lo que supone una distorsión del mercado. Éstos, además, no se desgravan por los dividendos que entregan a sus accionistas, y que suponen casi la mitad de su beneficio -5.500 millones en 2005-.

Los recursos que las cajas destinaron a la obra social, que sí se pueden desgravar, alcanzaron los 1.338 millones.

(Foto: Sede social de la Caja Rural de Villarreal)

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