03/12/2020
FEACEM y CERMI exigen que las personas con discapacidad estén presentes en la reconstrucción social y económica ya que son las más “castigadas”
La Federación Empresarial Española de Asociaciones de Centros Especiales de Empleo (FEACEM), el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y la Fundación CERMI Mujeres (FCM) se han unido para exigir que las personas con discapacidad estén presentes en la reconstrucción social y económica ya que consideran que son uno de los grupos sociales “más castigados”, por esta pandemia, colocándoles en una “posición de fragilidad extrema” ante una emergencia sanitaria de estas proporciones.
Así lo recoge el CERMI en el manifiesto publicado con motivo del Día Internacional y Europeo de las Personas con Discapacidad (3 de diciembre), al que se adhiere FEACEM, en el que alertan del “impacto exacerbado de la pandemia” en las personas con discapacidad y sus familias y de la “devastación intensa y extensa” que ha afectado a este grupo de la población y en sus estructuras y redes de apoyo que, según ambas entidades, siempre han sido “precarias” y ahora son “casi exhaustas”.
Para conseguir la “anhelada reconstrucción social y económica” FEACEM y CERMI abogan por una alianza entre los poderes públicos, el tejido empresarial y la sociedad civil organizada, para “llevar a cabo una auténtica co-gobernanza”.
Entre las medidas concretas que plantea la plataforma representativa de la discapacidad en España para que las personas con discapacidad, sus familias, y sus estructuras cívicas de bienestar, estén en la reconstrucción social, destaca la creación “inmediata”, en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2021, de un Fondo de rescate de emergencia postpandemia de 300 millones de euros para el sector social de la discapacidad, dentro de uno más amplio y global de 1.000 millones de euros para todo el tercer sector de acción social de ámbito estatal.
El empleo juega un papel clave en esa reconstrucción, por lo que también se demanda la adopción de un nuevo marco estatal para la inclusión laboral que permita aumentar, en cinco años, la tasa de actividad laboral hasta el 50%, lo que supondría la “creación de más 200.000 nuevos empleos dignos y decentes”.
Entre las peticiones también abogan por “acabar con la hostilidad del entorno hacia las personas con discapacidad” y lograr ver implantada la “accesibilidad universal en todos los entornos”. Según afirma el CERMI en el documento, la transformación digital de las estructuras, de los procesos y de la vida social no puede hacerse a expensas o expulsando a las personas con discapacidad, “lo digital ha de ser accesible, asequible y sensible con la diversidad humana”.
La puesta en marcha de políticas familiares que otorguen una “protección intensificada a aquellas familias en las que existe una situación de discapacidad”; o la “dotación de recursos y apoyos para las personas con discapacidad, especialmente las de edad avanzada, que residen en el medio rural para “desarrollarse humanamente allí donde quieren vivir y contribuir así a un desarrollo sostenible que disminuya la precariedad económica” son otras de las reivindicaciones del movimiento CERMI y FEACEM.
Por último, el CERMI y FEACEM aseguran que es necesario que los fondos europeos “movilicen los recursos suficientes que tengan como destino promover activamente la inclusión social de las personas con discapacidad” y que esta financiación permita “acometer la reconstrucción social, económica y tecnológica tras la pandemia del coronavirus COVID-19 con el fin de generar un cambio social en todos los ámbitos de la sociedad”.