La Plataforma del Tercer Sector se suma a lucha por la igualdad de género con un Declaración en el Día Internacional de la Mujer 2025

La Plataforma del Tercer Sector publicó el pasado 7 marzo una Declaración mediante la que se suma un año más a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer (8 marzo), reafirmando su compromiso con la igualdad de género y la erradicación de todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres y niñas.

En su comunicado, la PTS hizo especial hincapié en la necesidad de consolidar políticas públicas y privadas que garanticen la equidad real y efectiva, especialmente en un contexto de múltiples crisis que han agravado las desigualdades de género existentes.

“La pobreza, la exclusión social y la falta de acceso a derechos esenciales siguen afectando de manera desproporcionada en las mujeres, especialmente a aquellas que se encuentran en situación de vulnerabilidad por enfrentarse a discriminaciones interseccionales debido a su discapacidad, religión o creencias, sexo, origen racial o étnico, orientación sexual o edad”, afirma el escrito.

En este Día Internacional de la Mujer 2025, desde la Plataforma del Tercer Sector reivindican en su Declaración una sociedad donde todas las mujeres y niñas puedan vivir en libertad y con plenos derechos garantizados; exigen el fin de todas las formas de violencia de género y un refuerzo de las políticas de prevención y protección, con especial atención a las mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad debido a su discapacidad, religión o creencias, sexo, origen racial o étnico, orientación sexual o edad.

Además, piden una mayor dedicación de recursos para el estudio de la violencia de género digital (que afecta de manera especial a niñas y adolescentes), para diseñar políticas integrales dirigidas a su prevención e intervención; demandan, además, una participación plena y efectiva de las mujeres en la vida política, económica y social, asegurando también su acceso a puestos de liderazgo y toma de decisiones, así como su expresión pública como referentes.

Por otra parte, piden el reconocimiento de la labor que suponen los cuidados y su redistribución equitativa, promoviendo la corresponsabilidad y el desarrollo de servicios públicos adecuados, ágiles y accesibles que permitan conciliar la vida personal, familiar y laboral tanto a mujeres como a hombres, para incentivar la igualdad y un reparto igualitario de la crianza.

Defienden también el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, así como el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, su vida sexual y su salud; reclaman medidas urgentes para erradicar la brecha salarial y garantizar condiciones laborales justas y equitativas para todas las mujeres.

Desde su Declaración, reivindican seguir apostando por una educación en igualdad, libre de estereotipos de género e inclusiva, que promueva el respeto, la diversidad y la equidad desde la infancia y el estudio de disciplinas STEM entre niñas y adolescentes, y apoyan el fortalecimiento de las redes de mujeres en el medio rural y la eliminación de las barreras que enfrentan las mujeres con discapacidad en todos los entornos.

En última instancia, exigen el cumplimiento de la normativa vigente en materia de igualdad, atendiendo especialmente a los requerimientos de formación y sensibilización con perspectiva de género e interseccional para todas aquellas personas que, en cualquier ámbito, policial, judicial, educativo o sanitario se enfrenten a situaciones susceptibles de posibles discriminaciones a las mujeres por el hecho de serlo.

La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing

En el 30º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, y en consonancia con el lema de la ONU para este año, que es “Para las mujeres y niñas en TODA su diversidad: Derechos, igualdad y empoderamiento”, la Plataforma del Tercer Sector reafirma su compromiso de trabajar por una sociedad más justa, inclusiva y equitativa.

En 1995, un total de 189 gobiernos adoptaron la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, estableciendo un plan integral de compromisos para el pleno desarrollo de las mujeres y las niñas.

Treinta años después, según continúa la publicación de la PTS, “la desigualdad estructural sigue siendo una realidad persistente que afecta a las mujeres en todos los ámbitos de la vida. La brecha salarial, la precarización laboral, la sobrecarga de los cuidados o los estereotipos de género continúan restringiendo sus derechos y limitando sus oportunidades de desarrollo”.

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